martes, 30 de septiembre de 2008

ENTREVISTA AL MONSEÑOR POLLO (ENESTO ALEGRE)

LOS INTOCABLES - WEB NO OFICIAL

ENTREVISTA A ERNESTO ALEGRE (SAXO)


¿En que otras bandas tocaste además de Intocables?

Antes de tocar en Los Intocables (lo cual puede sonar paradójico pero si lo pensás con rigurosidad no lo es) toqué en varias bandas "informales".

Con esto quiero significar que eran bandas volubles, compuestas por amigos, que no tenían un plan definido, constancia, identidad.

Voy a señalar una en particular por varios motivos: conocí en esa oportunidad a quien podría definir como a mi hermano por elección y a quien me haría entrar más tarde a Los Alcaloides. Esta persona es Pablo Bam Bam Giménez y el nombre de la banda que él estaba armando era Club Kingston (creo que no "Kingston Ska Band" como apunta Kovalsky, pero al haber sido él su fundador me someto a su memoria).

Este proyecto sobrevivió apenas un par de ensayos (dos exactamente: un día el primero y el segundo a la semana exacta; ambos en una sala de la calle -creo- Salguero en Barrio Norte donde también habían ensayado los Cadillacs), pero sin embargo fueron muy interesantes (yo asistí sólo al primero) ya que llegaron a tocar en ellos Bam Bam (futuro percusionista de Los Alcaloides y luego de Los Intocables), el Gordo Flavio de los Fabulosos Cadillacs, los actuales guitarrista (Alejandro) y baterista (Daniel) de Satélite Kingston -quienes en aquel entonces eran llamados Plick y Pluck respectivamente-, el bajista de una banda de aquel underground llamada Hotel Computado y otras personas que luego no siguieron tocando.

Con un afán documentalista (aunque de cosas que no le importan a nadie, está claro) me aventuraría a decir que esto fue entre agosto y septiembre de 1986.

Ya Kovalsky insertó en sus respuestas el tema de la importancia e hyper-abundancia de las anécdotas entre nosotros; yo te digo que si Los Intocables hubieran sido una cebolla, la música sólo hubiera representado la última y más fina de las capas; el resto, lo representan anécdotas y contactos carnales con la deformidad.

Dicho esto trataré de sazonar las respuestas a tus preguntas con anécdotas...

¿Cuales son tus discos favoritos?

In the Studio with the Special Aka (recuerdo cómo disfrutábamos con Kovalsky los videos de Special Aka en su casa a horarios intempestivos) y More Specials.

Anécdota 1: o "La dificultad de lavarle la cabeza a Claudio Levrino" (viene relacionada al hecho de ver videos en la casa de Kovalsky).

En una época en que los trombonistas eran más difíciles de conseguir que una foto del cura Grassi exhibiendo un coqueto par de tetitas implantadas, pintó un chico llamado Hugo García Sampedro, de Ramos Mejía (quien terminara tocando con nosotros en varios shows y grabando en el primer disco).

Este muchacho no era lo que se dice un dotado musicalmente hablando, pero sin dudas su talón de Aquiles era la onda: lejos de nuestras aspiraciones en cuanto a pilcha o corte de pelo, Sampedro era una réplica de Claudio Levrino en "Un mundo de 20 asientos".

Con Kovalsky eso era algo que no terminábamos de metabolizar, por lo que cada vez que lo veíamos abordábamos "sutilmente" el tema de una posible transformación radical.

Deslizábamos cosas como "¿Qué onda el pelo?, ¿Te cabe cortártelo un toque, tipo así?", pero la melena de Levrino no desaparecía.

Entonces a partir de un día, justo antes de cada show, lo que hacíamos era llevarlo a la casa de Kovalsky en la calle Nuestra Señora de Loreto en Villa Rafo (o Saenz Peña, no estoy seguro) y lo sometíamos a una sesión de videos de Complete Madness. Era increíble, antes de cada show le pasábamos TODOS los videos para ir familiarizándolo de a poco con una estética más amigable tal como le hacen al protagonista de la Naranja Mecánica.

Debo agregar que su dorada melena siguió gozando siempre de excelente salud; desconozco si años más tarde sufrió alguna consecuencia teratógena debida a la terapia...

¿Eran amigos con los Cadillacs? Podes contar alguna anécdota de cuando grabo Vicentico con Uds.?

Bueno, amistad lo que se dice amistad no había, pero sin dudas tampoco enemistad; todo el asunto de la rivalidad entre las bandas tenía mucha más presencia fuera de las mismas que dentro.

Te diría que esto sucedía por varios motivos: en un primer momento la rivalidad simplemente no se daba porque creo que en ninguna de las dos bandas se percibía que "era una u otra"; que si una ganaba la otra perdía o que había algo que tenía que ser poseído y o se lo quedaban Los Fabulosos Cadillacs o Los Intocables.

Hacia el final de la vida de Los Intocables la diferencia de popularidad o convocatoria -tal vez la única variable más o menos mensurable entre las performances de las dos bandas- estaba tan a favor de Los Cadillacs que una competencia en términos de pelea por cualquiera de las partes hubiera significado una imbecilidad.

Esto que digo no significa que la idea de rivalidad entre las dos bandas sea un invento; lo que quiero decir es que no tiene origen en los propios músicos sino en ese rasgo polarizador de nuestra cultura que hace que planteemos escenarios binarios: River-Boca, Taxistas-Colectiveros, Menotti-Bilardo, peronistas-antiperonistas...

Los Intocables íbamos a ver shows de Los Cadillacs y ellos venían a los nuestros; había diálogo al bajar de los escenarios, nos leíamos mutuamente en las notas que iban apareciendo en las revistas. Creo que ganaba una especie de espíritu "estamos en el mismo tren y pasamos por los mismos lugares" por sobre cualquier otra cosa.

La rivalidad entre las dos bandas fue y es más bandera de los fans que de los músicos.

Cuando Gabriel Vicentico grabó "Tan lejos estás" para el primer disco de Los Intocables en los estudios Moebio el clima no era festivo, se notaba cierta espectación y nerviosismo tanto de su parte como de la nuestra.

Esto se lo atribuyo a que todavía un estudio de grabación no era un ámbito de relajación para ninguno de todos los involucrados por un lado y a una especie de "no puedo pifiar una" que sentían los que tenían que grabar en ese momento.

Un par de semanas más tarde tocábamos en Prix D'Ami (el primero, el que creo que estaba en Arcos y Monroe) y vino Gabriel para hacer ese tema.

Si bien el clima era más de show, esa especie de "respeto mutuo" seguía presente.

Anécdota 2: o "3 coincidencias intrascendentes"

El día que iba a grabar Gabriel hacía falta un multiefecto, un rack que tenía una variedad de procesos tradicionales como delays, reverbs, chorus, flangers, etc.

Ese rack nos los iba a prestar un sonidista que había trabajado mucho con nosotros en el pasado y que era conocido en el ambiente como "El Manco". Internamente nosotros lo llamábamos "Mancus" y a su lazarillo "Vicious", de manera que siempre que hacíamos referencia a él se hablaba de "Mancus y Viscious" (Lo de "El Manco" no era caprichoso: al tipo le faltaba efectivamente un cacho de brazo, en lugar del cual lucía un multifuncional muñón (el Manco hubiera podido hacer hasta una operación de neurocirujía si le adosabas un bisturí al muñón con cinta Scotch). No me preguntes porqué al otro le mandamos "Vicious"; supongo que fue una cuestión fonética: suenan bien los dos nombres juntos).

OK, como ese rack estaba en el depósito del Manco y a alguien -con un absoluto desconocimiento de planos, mapas y la geografía de Buenos Aires- se le ocurrió que debía ser yo quien lo fuera a buscar -el argumento fue: "si te queda al toque"-; de buenas a primeras me ví trepado al tren Urquiza rumbo a zonas "misteriosas" (el Bebe Ferreyra decía que un brass, por ejemplo, sonaba "misterioso" cuando estaba todo para el ojete; aquí uso el epíteto con la misma intención).

Llego a lo de Mancus acompañado por un ex-compañero de la secundaria quien luego tocara los teclados en Los Chiflados (curioso, de apellido Mancuso; es decir que fui con Mancuso a lo de Mancus), agarro el rack y de ahí a Moebio (para que te des una idea del largo del trayecto te puedo indicar que lo correcto hubiera sido hacerlo en avioneta).

Cuando llego a Moebio -con cierta intención de reconocimiento por el esfuerzo-, no había nadie; bajo al estudio propiamente dicho y me encuentro con la mesa abierta por la mitad y a un tipo chiquitín literalmente sumergido en la maraña infernal de cables que salía de ella.

Apenas veo ese panorama me digo "¡A la mierda!, ¿Qué pasó?". El tipo percibe mi presencia, sale del kilombo de cables, me enfrenta con una cara totalmente arrebatada y me dice (sic): ¡¡¡No se puede fumar en un estudio!!! ¡¡¡No-se-pue-de!!! ¡¡¡Se empastan los contactos y después no funciona nada!!! ¡¡¡Estoy hasta las pelotas de decirlo!!! ¡¡¡No-se-pue-de!!!

Como yo no estaba fumando -de hecho no fumé en mi vida- supe que no me lo decía a mí, sino que era una especie de descarga.

Al cabo de un rato el chiquitín se presentó: era el ingeniero Piris (otra coincidencia: Piris en medio de un "pire"), el responsable del diseño de todos los estudios importantes de la época (Moebio, Ión, Panda).

Bien, ese día -aparte de aprender por qué no se podía fumar en un estudio- dejé el multiefecto y me volví a mi casa, la cual quedaba en relación a Moebio, en la loma del orto (tercera coincidencia: a Mancuso, mi compañero, en la secundaria le decíamos Manorto...)

¿Como conociste el Ska?

Yo personalmente de una forma tan gradual que no sé cuándo fue el momento exacto; en una época (fines del 84, 85) creo que había varios caminos que llevaban al ska, de forma directa o tangencial.

Te pongo un ejemplo:

Cuando estaba en la secundaria, a los 16 años recién cumplidos, empiezo a estudiar saxo con Sebastián Schon (después de haber estado un año picando entre varios otros profesores), a quien conocía por ir a ver a un grupo que se llamaba El Huevo y que estaba formado por los grandes sesionistas de esa época (Pablo Rodríguez -quien de forma misteriosa y delirante terminara tocando con Los Auténticos Decadentes-, Daniel Volpini, el Pollo Rafo, Guillermo Arron, Marcelo Torres...).

Un día, yendo a la casa de Schon (cuando vivía en Martínez) me paso con el colectivo un par de paradas, me bajo y cuando me pongo a caminar por Maipú volviendo a la altura correcta, me encuentro con unos pibes que estaban armando una banda.

Me encaran por el estuche del caño y me invitan a un ensayo. Éste fue días más tarde en una de las salas de Cabildo y Mendoza y al llegar me proponen pasar un tema: la marcha de San Lorenzo en ritmo ska (ahí me avivé que las marchas militares son muy apropiadas para pasarlas al ska). En ese momento no tenían nombre y jamás volví a ensayar con esa gente, pero empezaban a tocar ska.

Tiempo más tarde el que me encara es un tipo bastante más raro que los otros, sobre el puente de metal y piso de cemento que cruza las vías del ferrocarril San Martín en la Estación Saenz Peña... su propuesta era la de hacer ska y más tarde conozco su nombre: Pablo Giménez, futuro percusionista de Los Intocables.

Anécdota 3: o "Cómo odiar a alguien por los nombres que se le ocurren para una banda"

Ahora que me pongo a rememorar aquellos tiempos remotos, recuerdo que abandoné a mi segundo profesor de saxo cuando me confesó que estaba haciendo una banda de jazz (el mono no bajaba de 50 añitos) y que pensaba ponerle "Perrocket".

El tipo me dice: "Perrocket, ¿Entendés?, *Perro* + *rocket*, ¿Entendés?, *PERROCKET*"...

El nombre me pareció tan, pero TAN inenarrablemente deforme que tuve que abandonar las clases (el nombre de la calle en la que estaba su casa, también me irritaba: "Estomba").

Anécdota 4: o "Cómo lo conocí formalmente a Bam Bam Giménez".

Yo iba a una de mis clases de saxo, por lo que me tomaba el San Martín rumbo a Retiro. En condiciones normales no tenía que subir al puente, pero ese día el tren no venía por el andén 4 (el que quedaba del lado de mi casa) sino por el número 2, con lo que tuve que subir el puente para cruzar al otro andén.

Sobre el puente -todo un sub-rubro de anécdotas posee ese puente de Saenz Peña- me para un pibe justo después de pasar al lado mío (como si fuera a pasar de largo y luego se arrepintiera) y me dice: "Discúlpame -muy cortesmente- ¿Vos tocás el saxo?"; yo le digo que sí y entonces él me cuenta que estaba armando una banda tre-men-da (Kovalsky es un vendedor nato).

Me tira que tenía a alguien que había tocado para Lalo Schifrin (sic, aunque él no quiera reconocerlo) y que estaba arreglando un ensayo.

Yo le digo que OK -me cago un poco con lo del músico de Lalo pero apechugo- y entonces ni él ni yo teníamos nada para escribir y pasarnos nuestros contactos. Acto seguido Bam Bam me dice: "Decime tu teléfono que yo lo memorizo de una", yo se lo digo (757-0421), nos despedimos y yo firmaba ahí mismo que jamás me iba a llamar.

Pasan unos días y recibo su llamada... e instrucciones para hacerme con un cassette que contenía un cover grabado para que lo pase antes del ensayo. Me pasa el cassette, yo ensayo el tema de ska (pista: es el único tema instrumental del primer disco de la banda argentina de ska que primero accedió a grabar un disco) y quedamos para ensayar en una sala de la calle Salguero (por favor remitirse a la primera anécdota para seguir la historia)...

Cuando se deshilacha ese proyecto de Kovalsky, yo vuelvo a su casa a devolverle el cassette acompañado por un primo; hablo dos palabras con él y ahí me dice: "Maestro, voy a entrar a Los Alcaloides y una vez que esté adentro, te llevo a vos" (sic).

Yo le pregunto si conocía a alguien ahí y me responde que nada que ver, que jamás habló con ellos. Yo ahí pienso que nunca iba a entrar (Los Alcaloides era una de las grandes bandas del underground que aún no había grabado, pero que era muy conocida).

Una vez más yo pienso "Jamás me va a llamar, jamás va a entrar a Los Alcaloides"

15 días más tarde me decía que -él ya dentro de la banda-, había arreglado una reunión con Juan y su hermano Alejandro para presentarme. A partir de ese momento, si Giménez me dice "La semana que viene me voy al centro de la Tierra", yo me pongo a juntar latas de Sicatul y Pancután...

¿Que amigos tenes de la movida ska de esa época con los que te sigas viendo?

Si no viendo por las distancias que me separan actualmente con todos, con las personas que sigo en contacto permanente (varias veces al día a pesar de los 12000 Km de distancia) son Kovalsky, Ariel y Clody (con quien convivo desde hace casi 20 años).

Me sigo mandando emails y cruzándome personalmente en viajes con Juan, con Coco (ex-cantante de Romana Patrulla) con Picas (ex-saxofonista de Los Pericos) y con el Gran Bebe Marcelo Horacio Ferreyra.

Esporádicamente tengo algún email por ahí con Napo.

Fuera del ambiente formado por quienes tocaban en aquella época me quedé con amigos como Diego Poso (hoy director de Radio Mitre) y Marcelo Fernández Bitar (gran historiador del rock nacional).

Pero amigos en un sentido menos estricto, un montón, gente impresionante, muy divertida, como Román (hasta hace poco bajista de Intocables), Gustavito Morán (ex-director del centro cultural San Martín), Horacio (saxo de los Pericos), y me olvido de un millar...Te podría contar al menos 10 anécdotas con cada uno de estos tipos...

¿Alguna anécdota de la grabacion del primer y segundo disco?

¿Alguna? ¿cuánto espacio tiene blogger para la base de datos? ¿llega a 24 Gb?

Anécdota I del primer disco: o "Cómo el ska se puede transformar en tango".

El productor de nuestro primer disco fue Alejandro Mateos, hermano de Miguel y baterista de Zas.

Tenía realmente la mejor onda con nosotros, yo creo que en un aspecto nos veía como a unos hermanitos menores o algo así. Varias veces terminábamos de grabar en la madrugada, por lo que Mateos -de Liniers- nos "acercaba" a casa a Kovalsky y a mí. Digo nos "acercaba", entre comillas, porque en realidad nos dejaba en la loma del ojete, pero lo auténtico -y digno de reconocimiento- era que lo hacía de corazón.

Nos dejaba a las 4 - 4 y media de la mañana donde nace Lope de Vega, es decir a unos 6 o 7 kilómetros de nuestras casas, lo que significaba que después de laburar en el estudio durante horas (incluyo en lo de laburar a las esperas, que son terriblemente desgastantes) teníamos que caminar en medio de un barrio fantasma en la semipenumbra. Si eso pasara hoy, para sobrevivir tendríamos que entrenarnos con palestinos...

OK, una noche, "Alejo" Mateos (literal: podría habernos dicho "Chicos, ¿los *alejo* un poco?") nos deja donde siempre, lo saludamos y empezamos a caminar en silencio.

Con Kovalsky en esa situación de sueño-hambre-sed-falta de cariño-cansancio, nos odiábamos, odiábamos a todo el mundo, a la calle, a mis zapatos, a sus botitas de gamuza, de manera que lo que se imponía era el silencio.

Muchos años más tarde Clody me dijo: "¿Pero ustedes eran oligofrénicos?, ¿Por qué no se tomaban un taxi y listo?" y jamás pude explicarle porqué no hacíamos eso NUNCA.

Vuelvo a la escena: los dos caminando, callados, y de repente una gota acá, otra más allá y de un momento a otro estábamos bajo una lluvia amazónica sin la menor posibilidad de ponernos debajo de nada: esa calle profundamente deprimente no tenía en kilómetros un solo puto toldo: todo era vertical; fachadas, troncos de árboles, palos, postes del teléfono...

La MALA ONDA era tal que bien podríamos haber comenzado a cagarnos a palos uno al otro sin razón, pero -el arte, ¡siempre el arte!- comenzamos de manera espontánea, lírica, sensible a cantar un tango cuya letra lo único que decía una y otra vez en una estructura infinita era "Lope de Veeeeeeeega... Lope de Veeeeeeeeeeeeeegaaaaaaa"...

Y así llegamos, tristes pero dignos a nuestras casas.

Anécdota II del primer disco: o "Se puede corromper menores sólo con gastarlos"

Como todos saben un disco es una producción que supera el hecho sólo de la grabación; hay que hacer notas, fotos para la tapa, la contratapa...

El día que teníamos que ir a sacar las fotos para la tapa (que sería un fotomontaje finalmente, por lo que nos sacamos tomas individuales en un estudio) el fotógrafo no estaba (un grasa llamado Kemerer que en ese momento hacía muchísimas tapas para RCA), por lo que tras la sorpresa nos dispusimos a dar vueltas por ahí.

Estábamos Clody, Juan, Ricky, Bam Bam, Nitti (aún entre nosotros "el flaco Hugo") y yo, pero -como ya era costumbre en el gordo- se apareció con un lazarillo: un pibe que terminó siendo mufa y al que, no sin tocarme el izquierdo -háganlo también-, me referiré con el apodo cautelar de "Big Red".

Este muchacho era cronológicamente muy chico (no más de 15), pero mentalmente creo que aún no había nacido o era sietemesino; el tipo de personaje que el buitre de Bam Bam rescataba para gastarlo infinitamente.

Todo empieza con mi hallazgo de una tuerca de una batería en mi bolsillo (provenía de la sala de ensayo en la calle Thames) y el posterior descubrimiento de que si en lugar de soplar a través de ella, chupabas, salía un silbido de esos que pone locos a los murciélagos o a los manatís.

Le decimos a Big Red que estábamos desarrollando un experimento antropológico (sic) y que cuando él escuchara el pitido tenía que venir sin demora a mi lado y decirme "Sí Monseñor".

El chico dice que comprende y que está dispuesto a intervenir. Acto seguido, mientras cruzábamos la 9 de Julio, yo chupo por la tuerca, sale el pitido y Big se me pega al lado y me manda "Sí Monseñor" (¡!) Nos reíamos con esas cosas...

Lo mejor llegó después, cuando aterrizamos en un estudio de Barrio Norte sobre la calle Vicente López llamado Avatar (ese estudio era promocionado con unos avisitos en la revista Pelo en donde aparecían dos chicas en topless, una sentada a una batería y la otra en cuclillas y con una guitarra en la mano; no pregunten porqué me acuerdo de eso, seguro que se debe a cuán joven era en ese momento).

Bien, en esa oportunidad estaban grabando unos enemigos de la música llamados "La Sesión" (quienes ensayaban en Thames los ¡domingos por la mañana!) y mientras sufríamos un poco por pura camaradería, veo que Bam Bam está chamuyándose a Big Red; cuando me acerco escucho que le estaba diciendo que yo era médico -una eminencia- y que tenía un zótano en mi casa llena de camillas con cartílagos, tendones y pedazos de piel humanos.

El pobre Big no salía de su asombro y me miraba como si estuviera frente al manojo de dientes que le faltan a Jerry Dammers...

Anécdota del segundo disco: o "Vox Populi Vs. Vox Dei"

Esta es corta y habla mucho de cómo las viejas bandas del rock nacional veían a las nuevas bandas de finales de los 80s, entre ellas a las bandas de ska.

Estábamos en el estudio 1 de Panda grabando y en un momento de descanso salgo al pasillo que comunicaba al estudio grande (el 1) con el más chico que quedaba en el fondo.

Me siento en los escalones de una escalera alfombrada junto a otras personas que no eran ni de Los Intocables ni de nuestra producción. Al rato me doy cuenta de que esos tipos eran los músicos de Vox Dei; yo estaba solo ya que los otros Intocables estaban aún dentro del estudio.

En un momento dado, Willy Quiroga, el octogenario bajsta y cantante de Vox Dei, asoma la cabeza al interior del estudio en donde estábamos grabando, permanece escuchando un poco uno de los temas y sale haciendo un gesto de total y absoluta desaprobación (el gesto es difícil de describir; es ese acto de juntar las manos como en una palma, mirar hacia arriba y decir algo como "¡Mamma mía!").

El senil se estaba riendo de nosotros y transmitiendo a sus amiguetes que lo que acababa de escuchar era una verdadera VERGA. A mí me entra una violencia considerable -el abuelo no tenía ni idea de que yo formaba parte de la banda de la que él se reía-, me levanto de la escalera y le tiro: "¿Qué pasa Nono? ¿Le dieron franco en el geriátrico?"

El chabón -que estimo que ni en sus tiempos mozos fue muy rápido- sólo atinó a congelar su sonrisa y a no decir nada... yo pasé entre ellos esperando alguna réplica o apriete, pero al no darse nada de eso seguí caminando y me metí en el estudio.


PRONTO LA SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA, Y ALGUNAS SORPRESAS MAS!


Muchas Gracias a Ernesto (AKA Alexander P. Blake) por su tiempo y colaboración

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Monseñor, qué memoria por dios!!!!

Anónimo dijo...

Querido Blake, Pollín, Tito, Hermano querido: me derrumbé como una montaña de lodo y quedé suspendido a la vez. Transité tu nota, también, como quien deambula por un Puente
que conecta lo hilarante y lo emocional. ¡Qué loco!, otro puente más que tendrá que tributar su reconocimiento al Puente de todos los puentes, a NUESTRO Puente, al de la mítica Saenz, a aquél Puente que nos conectó una y mil veces, aquél que nos tuvo parados durante horas estirando la despedida después de los ensayos y aquél que seguramente en el futuro achicará las distancias intercontinentales.
¿Quién sino vos, podía llegar a recuperar con tal nivel de brillantez y de detalle lo ocurrido hace más de 20 años?

Kovalsky

Anónimo dijo...

M. Poyo, por favor anégdotas del Bebe que me muero yaaaaaaaa!
buenisimo el reportaje! hay más partes Hernan????

Anónimo dijo...

Hernan preguntale si se juntan los originales de una vez. No sabia que iban a tener tantas anecdotas y tan chistozas. Recien me mando un mail Jorgito ska-fa re copado con el sitio y con la nueva nota a Monseñor Pollo. Felicitaciones Hernan por todo. JUANI

Anónimo dijo...

me parece que ya quedó mas que claro que es medio imposible que se junten los originales. 1ro porque muchos viven en otros paises, y 2do porque ya existe otra formacion...

muy buenas las notas, te felicito!

Hernan Mendoza dijo...

Juani, por ahora no, hay mas pistas en el libro de Daniel Flores, si podes mandame un mail que queria comentarte algo. saludos!

Hernan Mendoza dijo...

Para Moony:, hay una segunda parte, pero falta porque anda Ernesto ocupado con otros asuntos, y dentro de pronto tambien hay una a Clody!
paciencia, creo que todos, me incluyo, estamos esperando mas anecdotas por parte de los protagonistas.
Saludos!
Hernan

Anónimo dijo...

j-D: Así es la Madre Natura; o te da memoria y belleza o te da inteligencia... Por suerte me dió memoria y... eso, mucha memoria...

Kovalsky: ¿qué te puedo decir yo que ya no conozcas y no imagines antes de que abra la boca?

moony: tal vez pronto te encuentres en una situación análoga a la del tipo que buscaba una moneda y se topó con un túnel que daba directamente a la bóveda de la banca Morgan...

JUANI: pensá esto: si dos pastorcillos en Fátima vieron a la Virgen María llorando y si una vez al año la sangre de San Genaro se lícua, puede pasar realmente cualquier cosa... sometete ciegamente a la fe en la Mutancia...

chikito: imposible, lo que se dice imposible...
Formaciones pueden existir muchas, pero Los Intocables jamás volvieron... considerá el asunto del artículo y tendrás una buena respuesta...

Hernán: gracias una vez más por tu desinteresado esfuerzo... (es desinteresado, ¿no?)

Un abrazo a todos...

Hernan Mendoza dijo...

Je! es desinteresado desde ya!
Acordate cuando puedas y si venis a Bs As de traer material asi lo posteamos aca!
Saludos y gracias!

Anónimo dijo...

Blake, es verdad, te conozco como si hubiésemos compartido salita placentaria, pero no por ello dejo de sorprenderme con tus elucubrations. Como cuando publicabas revistas redondas o pintabas con las uñas o soñabas almuerzos experimentales con antiguas afeitadoras de metal o cuando me esperaste en el anden nro. 4 de la estación Saenz Peña con un nimbo de angelito sobre tu cabeza (yo cerraba los ojos y me preguntaba desde el puente, ¿qué carajo tiene en el marote?).

Un atlético apretón de manos
Kovalsky

Anónimo dijo...

Bien Kovalsky, ¿Y después soy yo el de la "Gran Memoria"?
Me entregaste un paquete de recuerdines remotos... La revista redonda! Eran tiempos pre-Macintosh, todo Xerox, todo MUY artesanal... ¡Si habré arruinado revistas Adán para obtener buenas fotos!
En el primer número, aparecía un relato circular de la Gran Cantante Lírica de Estómago de Ópalo, quien vomitaba leche, agua y bolsas de plástico, Ignacio el canario sanguinario y H. Freezer, un hombre muy frío que gustaba de la Gran Cantante pero debía sortear los intentos homicidas de Ignacio.
Lo de las afeitadoras se llamaba "Experimento anti-cultural Nº1"; un día -el único- me comí una ensalada de lentejas con una afeitadora de las que albergaban la hojita Gillette (sin la hoja, claro). Cuando mi vieja me vió morfando con eso en lugar de un tenedor, me puso una cara de lástima que me es imposible describir.
Ya sabemos que los hijos superan a sus padres...
Lo de las uñas lo sigo haciendo y me sigo sometiendo a la misma pregunta: "¿por qué te dejás las uñas tan largas?" (sigo sin tener una respuesta).
Lo del aro de angelito me lo había olvidado realmente... ¿Y después nos extrañábamos si se nos meaban de risa en la cara cuando estábamos en la calle?

Otro inmenso apretón de manos para vos (no te digo "atlético" porque no me lo creerías ni a palos)